La luna de nuestro vehículo… ese elemento con el que estamos tan familiarizado que a no ser que estén demasiado sucias o sufran alguna fisura por el típico chinaso, pasan desapercibidas. Imagina que no la tuvieras, ¿cuántos mosquitos, en el mejor de los casos te hubieses comido?
Su función es proteger y dar seguridad a los pasajeros de su interior en caso de impacto con elementos externos. De ellas depende hasta el 30% de la resistencia del vehículo para evitar la deformación del techo en caso de vuelco. Por no decir que gracias a su estructura y sus compuestos no se rompen en pedazos, evitando así que salten cristales a los ocupantes del vehículo.
Apuesta por tu seguridad y la de los tuyos
Reduce el paso de calor al interior
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Su gran capacidad aislante, nos suaviza las intensas temperaturas de verano y permiten que se disminuya el uso de la climatización, por lo que mantener nuestras lunas en perfecto estado también nos ayudará a reducir el consumo de combustible y por ende las emisiones de CO2.
Lo diagnosticamos con precisión.
Revisión de presupuesto y aceptación.
Entregamos el vehículo reparado y limpio.
Si tu luna ha sufrido un pequeño o gran impacto, coge tu cita y valoramos el trabajo.
¡Nosotros nos encargamos de todo!
